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Buenos Tratos a la Infancia

Hace unos días realicé una encuesta en Instagram y en Fecebook, preguntando si los Buenos Tratos a la Infancia dependían solo de los padres. La mayoría respondió que No, un 70% y un 30% que sí.

Los buenos tratos en nuestra sociedad, si queremos construir una Cultura de Paz deben tener respeto por los más vulnerables. Aquí hago una convocatoria a trabajar por la niñez; pero no olvido que no es lo único a nuestro alrededor, ancianos, adolescentes, mujeres, refugiados…

El Buen Trato, va más allá de la ausencia de castigo físico a un niño. “Es aportar condiciones para el desarrollo satisfactorio, que puedan gozar de las oportunidades, como sujetos de Derechos”.

Es respetar la singularidad de cada niño.

Es reconocer las necesidades y brindar cuidados a cada niño.

Es protegerlos, con garantías de seguridad física, emocional y psicosexual.

Es brindar prestaciones de alta calidad (salud, educación, recreativas).

Es reconocerlos como sujetos de derechos, respetar los Derechos del Niño, en Argentina están incorporados en la Constitución Nacional desde 1994.

Es escuchar lo que tienen para decirnos.

Es educar, reconociendo la autonomía en desarrollo. Ni sobre protección ni

abandono.

Como padres, “Nadie es totalmente competente, ni nadie es totalmente incompetente”. Y como los Buenos Tratos es una construcción colectiva, todos estamos involucrados desde nuestro lugar en la sociedad, como padres, como maestras, como agentes de salud, de justicia, de seguridad, etc. Nos compromete como comunidad. Tenemos que saber que todos somos responsables y cuidadores. De los míos, de los tuyos y de los nuestros.

Hay prácticas de cuidado que hemos aprendido de nuestros padres, pueden que sean positivas, a estas mantenerlas y potenciarlas. Hay algunas que causaron dolor, éstas primero se necesita reconocerlas, hablarlas, sanarlas para no repetirlas. Como las App o las compu podemos actualizarnos, necesitamos aprender nuevas formas de cuidado, educación y crianza, porque estamos criando niños para un mundo nuevo, diferente del que conocieron nuestros padres cuando nos criaron.



Tenemos un hijo que mañana cumple 22 años, una de 19 y la última de 10. Les comparto que con su papá tenemos que hacer un esfuerzo para adaptarnos, pues no podemos criar a la última de la misma manera que al mayor. Todo cambia muy rápido. Y si no nos adaptamos quedamos afuera y ellos más vulnerables.

Bibliografia:

Material de estudio del Diplomado de Parentalidad, apego y desarrollo. FAI

ANESM 2008 en Children well care: semanticdrift in published scinetific production in Latin America. Contreras Ramirez y Vega Arce, M

Ilustración @ideaypiensa Fotos: @byrawpixel – www.pixels.com

 
 
 

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