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EL SUEÑO DEL NIÑO PEQUEÑO




El sueño es un proceso evolutivo. Como el niño aprende a sentarse alrededor de los 6 meses, a caminar alrededor del año y luego más adelante a controlar esfínteres, también llega un momento del proceso evolutivo, que el niño comienza a dormir de forma similar a los adultos.

Todo niño sano, aunque actualmente presente despertares recuentes o algún problema a la hora de acostarse, va a dormir correctamente algún día. Esto quiere decir que el dormir tiene que ver con el desarrollo. No se puede enseñar a dormir dejando que lloren, como algunos sugieren, porque los niños se estresan. Segregan gran cantidad de hormonas que lo alteran más. Llegado el momento, la naturaleza para preservar la vida, segrega otra hormona, la serotonina para poder bajar el nivel de estrés. Allí el niño se duerme, pero aprendiendo que aunque llore y la pase mal, no hay un adulto que venga a consolarlo. No aprendió a dormir, aprendió a que no se valora sus necesidades. Como padres no tenemos derecho a tratar a nuestros niños como no lo haríamos con los adultos. Si un adulto o persona querida llora, nos preocupamos y nos acercamos para ver que le sucede. No la dejamos sola por horas, espiando desde la puerta a ver si se calma. Si esto no se lo hacemos a un adulto, porque se lo haremos a un niño o más aun a un bebé, a nuestro hijo.

El sueño es algo que va ligado a nuestro desarrollo, por lo tanto siempre cambia. “Los adultos no dormimos durante toda la noche de la misma manera, sino que tenemos momentos de sueño más superficial frente a otros de sueño más profundo; y vamos cambiando de uno a otro varias veces durante todo el tiempo que dormimos.” Mientras pasamos de una etapa a la otra, tenemos micro despertares. Por ejemplo, nos damos vuelta en la cama o nos tapamos con las sábanas y seguimos durmiendo. Nos hemos acostumbrado, dominamos la técnica y recobramos rápidamente el sueño sin tomar conciencia que nos despertamos. A los niños en esos micro despertares por ahora, les cuesta volver a dormirse. Si se encuentra con una voz conocida, una palmadita, un mimo, se vuelve a dormir.

Por lo general, desde que nacemos hasta los 7 meses es el momento de la vida en que nuestro sueño va a cambiar más.


El sueño del bebé de 4 a 7 meses


El sueño evoluciona para ir adquiriendo nuevas fases, hacia la forma de dormir del adulto. En esta etapa se incorporan dos nuevas fases de sueño. Se hace por momentos más ligero. Si se durmió recientemente, puede despertarse por cualquier ruido o cambio. Hay que esperar un tiempo para que llegue a la fase de sueño profundo. Aquí permanecerá por una hora, luego puede volver a despertar. El sueño es inestable porque van surgiendo nuevas fases y en esos momentos de transición se despierta. Por qué? Porque está aprendiendo.

Al niño no le pasa nada malo, no hay que preocuparse, llegará el momento que pueda dominar esos despertares y vuelva a dormirse casi sin darse cuenta, como lo hacemos nosotros.


Como padres no dormimos bien, nos cansamos y no sabemos qué pasa. Si antes dormía bien o le dábamos de comer y seguía adelante, qué cambió?. Cambió que está creciendo, está madurando su sueño. Pero no es lo único que cambia para el bebé en este momento. A los seis meses se está sentando, con ello la incorporación de la alimentación complementaria, tal vez la madre se reincorpora al trabajo. O tal vez ya está trabajando y el bebé pasa muchas horas sin verla y la extraña, a la noche la encuentra disponible, por eso se despierta. También se incorpora un nuevo cuidador o va al jardín maternal. Todo esto le pasa al pequeño. Pensemos como estaríamos nosotros si nos ocurriera todo esto junto.

Se escucha a muchos decir que el bebé nos está tomando el pelo, nos quiere manipular, desde allí como padres o cuidadores no se puede tener una actitud de comprensión a la situación del niño.

Ahora que sabemos todo lo que le sucede, como adultos y con más recursos emocionales; qué haremos?. En esta situación se está cansado, no se duerme bien, no se sabe qué hacer, se intentan miles de estrategias: lo dormimos en el auto, salimos a pasear, salimos del cuarto “cuerpo a tierra” para que no nos vea y sin hacer el mínimo ruido y no exagero!. La buena noticia es que es temporal y ya va a dormir mejor.


El niño pequeño necesita de los padres o del cuidador:


📌 Paciencia, Comprensión (reconocimiento de los sentimientos del niño, sin descalificar ni realizar un juicio de valor al miedo o al sentimiento expresado por el niño), Continencia, Coherencia: Firmeza acompañada de una propuesta afectiva (darle la mano, acariciarle el pelo, la espalda, etc.)

Transmitir Confianza y seguridad. Hábitos y rutinas cotidianas (ligadas a las pautas de cada familia teniendo en cuenta las necesidades individuales).” Soledad Martín. “El sueño del bebé y del niño”.

📌 Relajar al bebé para dormir, mecerlo, abrazarlo, alimentarlo, cantarle. En este punto me gustaría compartir una anécdota que recordaba el otro día con mi hija menor. A ella le costaba dormirse, nos acercábamos a su cuarto (tenía 3 o 4 años), cansada de todo el día, después de trabajar y atender a dos niños más grandes, no tenía en mente más que el “arrorró mi niño”. El problema era que se acababa muy rápido. Entonces recurrí a una vieja canción de las rondas infantiles, “La Catalina”, era larga, contaba una historia sencilla y me la sabia de memoria, la tenía en mi memoria emocional, así aunque estuviera super cansada, la cantaba en automático. Hoy mi hija que tiene 10 años, la recuerda, me la pide y cuando se la canto su carita se transforma. Recuerda que hubo alguien allí con ella cuando lo necesitó. Este es un ejemplo que todo lo que realizamos con nuestros niños queda grabado. El niño aprende que para dormir hay que relajarse. Al principio lo relaja su mamá o cuidador, luego el niño lo pide, “contame un cuento o cantame esa canción” y luego ya lo hace sólo.

📌 Cohabitación o colecho, el bebé, “Llega al mundo incapaz de sobrevivir por sí solo y ésa es la prioridad para sus primeros meses. Por ello intentará, con todas sus fuerzas, procurarse a su lado un cuidador. Nada le frenará en ese objetivo, pues de ello depende su vida.”

El sueño infantil acompañado es una de las herramientas junto con el llanto y los reflejos con las que la naturaleza doto al niño para lograr su supervivencia. Necesita al cuidador cerca.

Para que el niño pueda conciliar el sueño hay que hacer el ambiente, una luz tenue, el sonido bajo, amamantar aunque no tenga hambre, la leche materna tiene un aminoácido (L-triptófano) que ayuda a entrar en el sueño.

Hay algunas pautas a tener en cuenta para realizar colecho, están mencionadas al final.

📌Actitudes de los cuidadores, como se expuso arriba, brindar un espacio amoroso, que transmita confianza, tranquilidad, acompañamiento. Ayuda a la regulación del niño. A esta altura, es importante mencionar lo fundamental que es la red de apoyo para los padres. Facilita ser más receptivo a las necesidades de sus hijos.

  • Pautas para un colecho seguro ✔ El bebé es saludable y ha nacido a término. ✔El bebé es amamantado a demanda tanto de día como de noche. ✔Ninguno de los adultos que va a compartir cama con el bebé fuma (aunque no lo haga en presencia del bebé). ✔Ninguno de los adultos que va a compartir cama con el bebé ha consumido alguna bebida alcohólica, drogas o medicamentos que provoquen un sueño más profundo del ha-bitual. ✔El bebé siempre debe acostarse boca arriba. Nunca boca abajo ni de lado. ✔No debe arroparse demasiado al bebé ni ponerle excesivo abrigo para dormir✔No cubrir la cabeza del bebé. ✔Los bebés deben dormir en superficies firmes, limpias y seguras: Evitar edredones y almohadones extra que puedan tapar accidentalmente la cabeza del bebé. ✔Asegurarse de que el bebé no pueda caerse de la cama ni quedar atrapado entre la cama y la pared o cabecero. ✔Despejar la cama de cordones, juguetes,… ✔ No permitir a ningún animal doméstico compartir la cama con el bebé. ✔ Asegúrese de que su pareja sabe que el bebé está en la cama si no se acuestan al mismo tiempo. ✔Si en la cama duerme otro niño mayor, que sea el adulto el que se sitúe siempre entre el bebé y el niño más mayor.

NUNCA DEBE DORMIRSE CON UN BEBÉ EN UN SOFÁ O SILLÓN RECLINABLE


Bibliografía: -Jové, Rosa. Dormir sin lágrimas. La esfera de los libros. Madrid, España, 2006. -Lic. M. Soledad Martín. “El sueño del bebé y del niño” - Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre lactancia materna. Guía de Práctica Clínica sobre lactancia materna. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco-OSTEBA, 2017. Guías de Práctica Clínica en el SNS.

 
 
 

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